martes, 26 de agosto de 2014

Al despertar

Bueno fue así... encuentro, reunión, amigos, cantando, tomando, era así...

Hasta que volviste a comportarte más atento a mi, otra vez. Entre idas y venidas, de más copas que tal vez estuvo demás, era tu forma de actuar, tu ida y venida, donde el paradero final estaba un metro más cerca a mi. Sé que me deje llevar -los estragos de amores pasados mezclado de algún tipo trago aún derramaban lágrimas en mí con solo mencionarlo- Hasta que distes más pasos, tu primer intento fallido por acercarte a mi boca, tu segundo intento fallido por acercarte a mi boca -sé que jugué con eso porque era atrayente y me gustaba- Hasta que diste un paso final, de chocarte con mi piel, para comenzar el juego de manos que me encantó, tenías el remedio instantáneo para mi necesidad volátil, eras la persona perfecta en el momento perfecto para liberar mis emociones aturdidas pero no, no era el lugar perfecto. Era mi piel que necesitaba lo que tú estabas ofreciendo. 

En fin, al despertar y intentar recordar todo, sentía el sabor de tus besos robados y necesitados aún junto con los míos, sentía tus manos aún jugando con mi piel, sentía tu piel intentando obtener algo, pero es tan confuso, que la duda supera la realidad. Pero algo fue real, y era nuestra necesidad. Lo único tangible que me quedó de esta locura fue tu propuesta al despertar, de desviarnos del camino y quién sabe seguir con esta locura. Tal ves debí dejar atrás mis miedo y aceptar. No es pecado sentir que nos podemos complementar luego de tanto haber luchado contra los golpes del desamor que se cruzaba con nosotros. 

Aveces cansa tanta moralidad falsa, aveces cansa conservar tanta ingenuidad, tal vez no este lejos de cometer una locura, pero la cabeza me dice que no, que tal vez sea perjudicial para mi, porque mi corazón se ata y saldría perjudicado.

Últimamente no sé que recuerdo, y no sé que quiero. Quiero olvidarme de todo y dejarme llevar. 

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